Hablar es algo simple y natural, la voz cantada es la emisión del sonido articulado y modulado. La diferencia entre el canto y la voz hablada estriba en que, la voz platicada emplea muchas menos notas y las que emplea, están muy próximas entre sí y en el canto en cambio, se utilizan más registros vocales.
Hablar y cantar de una manera sana y correcta, requiere un entrenamiento muscular que nos da muchos beneficios. Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para comenzar a educar la voz.
Cantar es una de las actividades que más beneficios genera a la salud. Al cantar el organismo produce endorfinas, lo que genera una sensación de bienestar y alegría, y si, además, canta en un coro, obtiene otros beneficios como la mejora de la creatividad, movimiento, ritmo, activa la voz y las neuronas.
El canto ayuda a mejorar la memoria y la activación neuronal de los adultos; así mismo, distintos estudios han demostrado que, el canto, disminuye el ritmo cardiaco y la presión sanguínea y es una actividad aeróbica que mejora la eficiencia del sistema cardiovascular.
Cantar ayuda a movilizar las emociones y a recuperar nuestra armonía. A las personas mayores les ayuda en el reaprendizaje de canciones olvidadas, estimulando la memoria y las habilidades cognitivas.
Eleva la autoestima y la confianza, mejora las capacidades vocales auditivas y la expresión corporal. Reduce la ansiedad permitiendo transformar cualquier momento de estrés, de tensión o de ansiedad, en un instante más sereno y relajado.
Mejora la respiración y aumenta la capacidad pulmonar, estimula la memoria, concentración y el desarrollo del habla.
Por medio del trabajo vocal se puede dar a la voz mayor extensión y flexibilidad, aprender a emplear los intervalos y las entonaciones.
Todos estos beneficios del estudio de la voz y el canto los podemos deleitar aprendiendo a usar correctamente nuestra voz, nuestra respiración y nuestro cuerpo.